16 octubre, 2006

AMOR A LA MEXICANA


En la guerra y en el amor todo se vale, dicen aquellos que han experimentado la crueldad de los celos, la intensidad de un orgasmo bien trabajado, la compañía del ser más amado o la insistente añoranza si esa persona no está con nosotros. Sin embargo, esta frase proverbial guarda más de un significado. Hoy en día, las parejas mexicanas pecan justamente de ingenuidad al respecto.

Por un lado, quienes alardean su hombría a los cuatro vientos, la utilizan como coartada recurrente para fingir demencia y ocultar sus errores más garrafales. Las mayoría de las mujeres, por el contrario, le dan un giro de 360 grados para apropiarse de un sentido románticamente insuperable. En su entrega todo tiene validez porque quisieran romper cualquier límite y vivir todos los excesos.

De un momento a otro, el número de connotaciones se hace considerable, cuando después de las primeras citas ya conocen casi todos los lunares de su pareja, e incluso hasta los inventan para sentirse dueños de un gran hallazgo. Se llega al punto en donde las diferencias poco importan, en donde se agudiza el poderoso instinto y se ciega la razón; donde lo único que importa además de tener en dónde, es tener con quién.

Después de todo, así es el amor a la mexicana; contradictorio, amoral y monogámico en mente, pero nada más. Porque las inseguridades, las ridiculeces, los reproches y los celos enfermizos terminan facilitando, luego de un periodo más o menos largo, la aparición del célebre “Sancho” o cuernudo, para que nos entendamos bien, que dista mucho indudablemente del afable e inseparable compañero literario de Don Quijote de la Mancha.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, yo no me voy a meter con lo de sì el tipico "macho" mexicanbo y la mujer "sumiza", que ya de eso no hay nada; solamente que quizas a algunas relaciones por no decir a todas, nos falta ese "algo" màgico, que se perdiò cuando nos hirieròn injusta o justamente y a partir de ello, nos sentimos dolidos, y queremos desquitarnos con la persona equivicada, pero hay que recordar que los celos son inseguridad y que cuando realmente "amamos" no debemos de sentirlo, creo que es algo natural, pero hay que tratar de no herir a las personas equivocadas...

Anónimo dijo...

bueno, nadie se salva de los estereotipos aprendidos en la escuela, pero el quid está en romperlos, o por lo menos tratar de modificarlos en la medida de lo posible y evitar ser tan machista en el caso de los hombres, como hembristas obsesivas, en el de las mujeres.

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