30 noviembre, 2007

CANTA EL MILAGRO EL AMOR


¡Tú, que sueñas y te hallas en el contradictorio mundo del arco iris y la oscuridad, del sosiego y la convulsión, de la paz y la inestabilidad, debes saber que existe alguien más que habita en tu mundo y que nuestra existencia es tan breve que no hay tiempo que perder!, ¿qué importan las horas?, ¡no mires el reloj!

Cuando tus secretos no quepan más dentro de ti, amenazando destrozar los muelles de tu alma, recuerda que puede existir alguien preparado para guardarlos con el afecto y la dignidad que tú esperas. Cuando tu corazón se ilumine con la radiante fuerza de la puesta del sol, recuerda que alguien amaneció contigo.

Cuando el insomnio te haga dar vueltas en la cama, recuerda que alguien puede sembrar sueños de concordia en tu imaginación. Cuando la soledad te oprima y tu grito no encuentre ningún eco, recuerda que allá, del otro lado de donde te encuentres, alguien podría amar tu compañía y entender por completo tu clamor.

Cuando tu corazón esté bordado de anhelos dorados, tejidos con hilos de fosforescencia lunar, recuerda que una persona iluminó tu universo interior. Por eso, en las horas más gratas, compártele tus alegrías y en las horas de soledad, levántate y búscala dondequiera que pueda estar.

Cuando el fuego de la pasión queme tu corazón, consumiendo todas tus fibras en el sacrificio del placer, recuerda que un día alguien prendió esa llama. Cuando en tu corazón resida el azul del cielo, la calidez del sol, el trino de los pájaros, la fragancia de las flores, la serenidad de los lagos y la sonrisa de la felicidad, recuerda que alguien ha hechizado tu corazón con el portento del amor.

Cuando la noche te encuentre con el corazón quebrantado y angustiado por las amarguras cotidianas, recuerda que hay alguien esperándote para darte aliento. Cuando en tu corazón se abra, llena de vida, la ternura perfumada del amor, recuerda que un día alguien la cultivó dentro de ti.

Tú que amas, si tienes el valor y la candidez de hacerlo así, abre tus labios y canta el milagro del amor, porque sólo él aproxima a las personas y provoca que hablen el mismo lenguaje sin importar sus orígenes, edades, creencias o religión.

09 noviembre, 2007

AMOROSA REFLEXIÓN


Si estás enamorado(a) de una persona que no está enamorada de ti, ya no te lo reproches. No hay nada de malo contigo, sino que el amor no eligió reposar más en el corazón de esa otra persona.

Si descubres a alguien que está enamorado(a) de ti y tú no lo(a) amas, siéntete agradecido(a) de que el amor halla llegado a tocar su puerta, pero amablemente rechaza ese obsequio que no puedes corresponder.

Si llegas a enamorarte de alguien y se enamora de ti también, pero luego el amor elige marcharse, no quieras reclamarlo o hacerle sentir culpable; mejor déjalo partir y recuerda que tu no eliges al amor, pues quien te escoge a ti es justamente él.

En el fondo, hay una verdadera razón y un significado que tú sabrás a su debido tiempo. Todo lo que puedes hacer en realidad es aceptarlo cuando entre a tu vida y sentir como te va llenando hasta colmarte de felicidad. Entonces, lo mejor será imaginar la forma de compartir semejante dicha.

Dáselo a la persona que lo hizo brotar en tu existencia. Proporciónalo a otros que sean pobres de espíritu y regálalo alrededor del mundo en todas las formas que estén a tu alcance aunque sea siempre un misterio su proceder.

Mucho(a)s enamorados cometen la equivocación de entender al amor solamente como una necesidad. Son quienes ven sus corazones como un territorio vacío que requiere ser llenado con el amor, por lo que comienzan a considerarlo como si fuera un sentimiento que fluye para ello(a)s en lugar de fluir desde ello(a)s mismos.

Acuérdate de mantenerlo en tu corazón porque tiene su propio tiempo, sus propios periodos y sus razones para ir y venir. Tú no lo puedes comprar, obligar o acorralar para que se quede a tu lado. Meramente puedes abrazarlo cuando llega y repartirlo con los otro(a)s cuando él venga hasta ti, pero si prefiere dejar tu corazón o el de la persona a quien amas, no hay nada que puedas hacer, ni nada más que debas intentar.

Alégrate de que te haya tocado en algún instante. Si mantienes tu corazón abierto, seguro vendrá otra vez a tu vida. La desazón que origina creer que nos ha abandonado es una oportunidad insuperable de empezar nuevamente para darle cabida de una manera más inteligente y menos ingenua.

11 septiembre, 2007

SER AMANTES


Nunca me había ocurrido esto con mujer alguna. Para mí, era una sensación nueva, pero lo cierto es que estaba metido en un atolladero. Dábamos por hecho el que nuestra relación fuera provisional, sin formalidades y sin formularnos promesas para que éstas no fueran incumplidas más adelante.

Esas eran las reglas del juego que habíamos admitido, pero al amarnos demasiado, una confusa incertidumbre se volvió el centro vital de nuestros desencuentros. Así, surgieron de manera inevitable muchas preguntas incómodas que no pudieron quedarse guardadas.

Un día, a la mitad de una de esas charlas que suceden tras el acto amoroso, nos referimos a él mientras recuperábamos el aliento, y luego de un silencio breve, aquilatamos todo el peso de las palabras que agregaríamos. Tienes razón tal vez; no deberíamos seguir con esto, es absurdo.

Fue ahí donde el tercero en discordia tomó un papel sobresaliente. Ella comprendió que era una situación injusta y que no podía seguir mintiéndose a sí misma. Yo me había quedado impávido, había sentido un repentino bochorno en las orejas, y me había mordido la lengua sin advertirlo hasta más tarde.

Tensa, a la espera de algo, no sabía exactamente qué, ella se acribillaba en ese instante con la palabra lealtad, entre otras cosas; lealtad a otro hombre y a una moral desarticulada que se presentaba traducida en remordimientos.

En sus ojos veía que hablaba terriblemente en serio, y con una expresión de austeridad sobrecogedora, me hacía saber que no estaba bromeando.

Probablemente él ya había efectuado sobrios avances con anterioridad. Quizá ya le había dejado caer abusivas indirectas, o le había ido dejando veladas alusiones a sus estados alternos de ánimo, a sus respuestas ambiguas y equívocas. Estábamos en un terreno donde las suposiciones tomaban relevancia. Ambos nos miramos como descubriéndonos.

Luego, ella hizo un intento por explicarme todo lo que le debía a él, todo el agradecimiento que debía profesarle por su ayuda y todo el apego que la obligaba a mantenerse a su lado.

Traté de tomarlo con entereza, como si él estuviera presente en nuestra plática, como si de pronto compareciera al principio de mi Apocalipsis personal.

En mí se abría paso un decoroso estupor mientras mi cigarrillo se consumía imprudente, unos segundos antes de levantarnos de la cama para vestirnos en medio de un mutismo interminable. Su pronunciamiento había sido sincero y fatal.

Al salir del hotel, nos cubrimos de la lluvia y en el camino tratamos de suavizar nuestras objeciones, nos despedimos con un pacífico beso y fuimos aplazando esa discusión sin saber el futuro inmediato que se avecinaba.

En el transcurso de los días fuimos barajando soluciones y resoluciones por separado, fuimos tocando con pinzas el tema sin atrevernos a desmenuzar o planificar el futuro, tratando sólo de habituarnos a la idea de amarnos en secreto; dando por hecho asimismo, no hacer demasiadas locuras ni demasiadas sensateces.

Sintiéndome hipnotizado por su cuerpo desnudo, por sus dichosas piernas y su cintura seductora, ella me hacía traspasar las barreras del suspiro descarado.

De repente, los dos íbamos rodando inermes hacia un placer persuasivo como pocos y, sólo entonces, nos entregábamos otra vez al dulce contacto de nuestros sexos azorados por el acoplamiento para descubrir que ser amante consiste muchas veces en callar, en respetar el laconismo del otro, en arropar al otro con nuestro silencio, en entender que eso es lo que se necesita en ese preciso momento, sin que ninguno de los dos lo pida o lo exija.

No era una cuestión de principios, no; eso salía sobrando. Simplemente, habíamos entrevisto que muchas veces un encuentro se constituye mejor con los silencios oportunos, que con las confidencias intempestivas.

No era necesario intercambiar peripecias ni narrarse novelas leídas hace mucho, ni discutir los desamores, sacando conclusiones de experiencias pasadas, ni mucho menos analizarse ideológicamente.

Una espontánea y solidaria complicidad capaz de borrar el desamparo de haber sido expulsados del paraíso, era lo único que demandaba, en rigor, la posibilidad de ser amantes.

22 agosto, 2007

HOY COMO SIEMPRE, SOLAMENTE PIENSO EN TI


Si evocamos por separado la dicha de nuestro amor que es tan diferente, tan distinto a todos los demás, de pronto sobrevienen a mi mente esos bellos momentos que he podido vivir contigo.

El clima no es benigno como tampoco lo es ahora tu presencia; acá sólo cae el agua gélida y en el cielo nublado las estrellas permanecerán cubiertas incluso cuando anochezca. Sin embargo, hoy como siempre solamente pienso en ti.

En tardes lluviosas como ésta muchas veces me pregunto si tú también estás pensando en mí. Hoy como siempre me llegan hasta mí tus recuerdos, esos detalles únicos que me hacen seguirte amando en silencio.

Estamos en medio de un huracán que aún está causando serios estragos. Sin embargo, hoy como siempre te sigo amando sin remedio; a veces me niego a creerlo, pero luego mi convicción regresa con más ahínco.

Una fuerza que no necesita definirse se vuelve un eco en los corazones; esa chispa incierta que nos quema el alma y al mismo tiempo nos abre un abanico de esperanzas para no sentirnos tan abatidos.

Hoy te regalo la pasión de mis letras para que las guardes en el corazón de tus emociones más duraderas. Con el objeto de que siempre puedas recordar cuando mi ser este dispuesto a regalarte mi corazón enamorado por completo.

Hoy, como ayer, igual que anteayer y como siempre, desde que nos conocimos hace ya un buen tiempo, te sigo esperando en mis aposentos. Ven a mí para que recordemos aquellos instantes, fragmentos de esa bella ilusión de sentir lo mismo el uno por el otro en la contemplación de las miradas.

17 junio, 2007

EL ENAMORAMIENTO EN INTERNET

En el fondo, los humanos somos quienes tenemos la capacidad de enamorarnos como ningún otro ser sobre la faz de la tierra. Para ello, nos valemos de todos los medios que se requieren con tal de nutrir ese venturoso sentimiento que nos vibra hasta hacernos llegar al embeleso.

El amor por correspondencia es un uso que a pesar del tiempo, no ha dejado de existir; el amor epistolar es uno de los de más prolíficos. Ahora se ha transformado gracias a la llegada de Internet, pero el correo ha sido a través de los siglos una manera de unir emociones, tendencias y espíritus.

Internet de esta manera, sólo le da fuerza a lo que ya sucedía desde hace años: potencializa la fuerza del amor epistolar. La correspondencia entre desconocidos intensificada por las posibilidades que da este soporte y ofrece cada vez una mayor probabilidad de conocer a esa persona especial.

Al escribir a alguien que no conoces, puede surgir un intenso sentimiento romántico. Resulta que cuando ya conoces a alguien, el alejamiento físico puede apagar la pasión, pero en los casos donde estamos conociendo a alguien “virtualmente” puede reavivarlos.

Es entonces cuando la red de redes cumple con la ardua labor del “Celestino” que une corazones sin importar las fronteras geográficas. El ser humano tiene necesidad de establecer vínculos íntimos, y eso ocurre también en el chat.

En efecto, el enamorarse por Internet puede ser algo más normal de lo que creemos. Eso sucede con miles en todo el mundo que intercambian tarjetas y conversaciones electrónicas con la esperanza de conocer a la persona de su vida.

Es difícil decir cuánto de ilusión y cuánto de alucinación existe alrededor de las relaciones de esta naturaleza. Por lo general toda relación por Internet tiende al encuentro: verse fuera del cómodo pero limitado escenario de lo virtual.

¿Pero, es posible entusiasmarse con alguien a quien no se conoce bien? La contestación es totalmente afirmativa, pues sucede e incluso se da con mayor fervor y pasión. En la computadora puedes imaginarte lo que desees, puedes fantasear con aquello que nunca te atreverías a llevar a cabo.

Además, tras la pantalla, los defectos de la pareja virtual son más tolerables. Vía Internet, uno se vuelve ciego voluntario ante los defectos del otro. Si ya de por sí idealizamos a la pareja, el artilugio de la red de redes hace todo el resto.

21 abril, 2007

UN PLACER TANTAS VECES POSTERGADO


En la más completa calma, alargando más la duración del instante contemplativo, las cosas toman el valor en su justa medida, y la sensatez avala el buen juicio en cada acto, en cada posible arrepentimiento.



Dejamos reposar nuestras intenciones para evitar las secuelas de lo precipitado; para no resbalar con la misma piedra en el camino de las equivocaciones.


Sabemos a ciencia cierta, que siempre es bueno rodear los obstáculos, y que si nos caemos, no importa cuantas veces nos suceda, tendrá más mérito si logramos volver a levantarnos.



Con los párpados hinchados y el desvelo subsecuente por la desvelada, saludo el inicio de otra semana, del horizonte nublado y el escalofrío que provoca el viento gélido que se cuela por debajo de las puertas.



La sensación de sobriedad es tanta que satura todos los poros, acapara las ideas y sin poder transpirar se condensan nuestras ataduras. En una atmósfera propicia, bajo el rumor sutil del misticismo, salta a la luz la esencia de nuestros desvelos, la necesidad imperiosa de conquistar el éxtasis de un placer tantas veces postergado.

07 abril, 2007

ANTES DE INVADIR SUS BELLOS MUSLOS


La extrañaba como se extrañan las cosas más preciadas, como se echa de menos aquello que resulta insustituible. Si algo podía causarle tal sensación de vacío, era el pesar de los minutos caducos sin su presencia.


Se colaba en sus más oscuras ensoñaciones, adentrándose sin previo aviso en los confines de la materia onírica de sus húmedos sueños. Nadando en medio de las ondulantes poluciones nocturnas.


A veces, dormía con la inquietud de sentirla a media noche, metida en su cama, retozando con plenitud antes de invadir sus bellos muslos abiertos.

05 marzo, 2007

TU FIGURA ANHELANTE


LAS CARICIAS DEL AGUA RESBALAN POR MI CUERPO EN LA SOLEDAD DEL BAÑO, DONDE REMEMORO LA HUMEDAD ALOJADA ENTRE TUS PIERNAS.

EROS Y AFRODITA SE FUNDEN POR CAMINOS DE FUEGO PARA CONTRARRESTAR TU AUSENCIA, Y EN EL INTERCAMBIO DE FLUIDOS TU FIGURA ANHELANTE ME ESTREMECE AL CONSUMARSE UN NUEVO ORGASMO.

ES ALLÍ CUANDO PIENSO EN TODO Y EN NADA, DONDE DESCUBRO QUE SOY EL PASAJERO DE TU TREN DEL DESEO Y TÚ LA ASALTANTE FURTIVA DE MI HABITACIÓN.

ASÍ, EL CÍRCULO SE CUMPLE, CUANDO SOMOS AMANTES SIN PRINCICIPIO NI FIN, JUNTOS EN EL ÉXTASIS DE UNA PASIÓN QUE FLUYE EN ARMONÍA PARA ENCUMBRARNOS FUERA DE TODA ESCLAVITUD.

02 febrero, 2007

UN PLACER SIMULTÁNEO


Fue un orgasmo tan preciso como tus movimientos ondulares. Fue la consecuencia tácita de un ritmo imaginario, de un tempo que nos atrapó desde que comencé a besarte y ambos cerramos los ojos, juntamos las almas e iniciamos un diálogo de urgentes afirmaciones.

Te seguí besando en las mejillas, pero esta vez con las manos; en el cuello, en los costados; con las manos también besé el contorno de tus senos, como la culminación de una ceremonia libre de pretextos, despojándote de las prendas de tu provocativa indumentaria, dejándote llevar por los aires y hasta el piso, donde quedaron las prendas sin cuerpo, en cada beso de mis dedos.

Sujetos a la inercia de una cadencia intuida, nuestros cuerpos quedan prendados de un mismo deseo, pero jugamos a retrasar la explosión que se avecina. La punta de mi lengua bordea la curva de tus pechos, y los muerde como tus dientes a mi lengua, que serpentea entre las líneas de tus muslos, hasta sentir que se quema al chocar contra tus labios.

Mi boca es una mano que levanta tus piernas, las detiene por debajo y se hunde en tus adentros. Tu cuello es un roce buscando la caricia insólita de mi pecho. Tus pies entrelazados en mi espalda, tu sexo que abraza mi sexo, que se resiste a derretirse en el tuyo, ante la fricción en juego, transpiramos un elixir de sudores improvisados.

La sangre nos palpita en las venas; el impulso lo llevamos dentro, lo demás es circunstancia de un instante que nos atraviesa como hondonada, fragmentando los segundos de un instinto, en la habitación impregnada de nosotros mismos. Aprietas los ojos, mi espalda y tu voz se vuelve un grito recóndito, una erupción de jadeos que me arrastran en la consecución del goce de un placer simultáneo.


EN UN ARRULLO NOCTURNO


Ante la calma aparente del medio día, viene hasta mí una suave brisa con el susurro de tu nombre. En mis deseos profanos se idealiza el fiel retrato de tu recuerdo que va surcando los aires entre las nubes densas del cielo encapotado.

Crece la necesidad de tenerte en medio de la grandeza inmaterial; rendido a la obsesiva idea de ofrecerme a la perversión incandescente de tu amoroso delirio.

Ahora que formas partes de mi existencia, quiero vislumbrar contigo la primordial cadencia de nuestros cuerpos rozándose en silencio, en un arrullo nocturno, sobre el interminable lecho de ensoñaciones predilectas.


28 enero, 2007

DESNUDANDO NUESTRO SER



Apareciste un día, de la nada, y como de la nada te aprendí a querer. Nos fuimos empalmando en una maraña de sentimientos. Casualidad, bella casualidad. El amor nos llegó, y con ello el deseo, el vehemente sueño de tenernos.

Te he dicho que mi cama está vacía sin ti, pero no que noche a noche la ocupas espiritualmente. Es allí donde haces que sucedan tan maravillosas experiencias para mí.

Cuando cierro los ojos, abrazo mi almohada, te siento venir hacia mí, parado al pie de la cama, te tomo entre mis brazos, acaricio cada parte de tu cuerpo y mis labios son como olas que te arrasan violentamente, cruzando por las profundidades y las elevaciones naturales en ti.

Tus manos se deslizan por mi cuerpo y vibrando me entrego a ti; nuestro fluidos salen a la brevedad y te siento completamente humedecida de amor. Con mi virilidad penetro en ese oleaje con emoción, sumergido totalmente, acompasadamente, como la melodía mas bella a los oídos.

Así, te siento y te gozo con suavidad, una y otra vez, entro en tus resquicios con el poder majestuoso de un incesante balanceo; te siento en tu totalidad, dentro de ti me hundo y me vuelvo introducir así, mientras pasa una infinidad de minutos.

Pronostico tu roce en mí, como un vendaval que llega hasta lo más profundo de mi ser, y siento como mi cuerpo se abandona cabalmente, como va cayendo en un abismo de éxtasis único.

Se estremece mi cuerpo, me vuelvo frágil ante tanto placer; cual barco en alta mar me dejo llevar por la tormenta de tus besos y, sin oponer resistencia, seguimos el rumbo de las delicias que nos otorgamos en este viaje. Los dos a la vez, entregándonos amorosamente en la intimidad de nuestras vidas, de nuestras almas, desnudando nuestro ser.


22 enero, 2007

A VECES



A veces,

tomas mi alma entre tus brazos

y me elevas

hasta el cielo dulce y claro.



Incluso llega a dolerme

cuando siento que nacen

alas blancas de ternura

en mis costados.



A veces,

están tan cerca

la piel y el alma que me hieren

las caricias de tus palabras.



A veces, amor,

siento tu rayo de luz

atravesando el cuerpo inmaterial

en que me hallo preso.

Y en la fragilidad

que me confieres

me duele el aire

que respiro.



A veces,

me duelo en mi dolor

por recordarte

y no poder volar hacia tu nido.



Pero sonrío,

porque llega hasta mí el amor

con tu figura alada

y un susurro para enamorarme.




21 enero, 2007

AL ESCUCHAR TU VOZ


Me sorprendió que me llamaras; creí que seguía soñando cuando me dijeron, aún con los ojos cerrados, que tenía una llamada tuya, que estabas del otro lado del teléfono, esperando a que te contestara.








Me levanté como pude y lleno de asombro me acerqué a la bocina; descalzo y más escéptico que de costumbre, te escuché decir tu nombre y entonces supe que no se trataba de una broma.



Me encantó oírte aunque fuera brevemente; tu voz se me hizo tan jovial, tan fresca, tan simpática, con ese acento tan particular, con esa naturalidad tan tuya que me obliga a no confundirte con nadie más.












Ojalá que no sea ni la primera ni la última vez que intentes acortar las distancias de este modo, porque al escuchar tu voz me quedó ese suave rumor con el que pronuncias las palabras y el anhelo insistente de sentirte pronunciarlas con el mismo furor, pero cerca de mi oído.

12 enero, 2007

ENTERNECIDOS BESOS

NUNCA ENTENDIÓ, BIEN A BIEN, LA FORMA EN QUE ELLA LO AMABA. ERA UN SENTIMIENTO SALVAJE Y AVASALLADOR EL QUE PRODIGABA EN SUS ENCUENTROS ÍNTIMOS, PERO TAMBIÉN ERA UN AMOR NOSTÁLGICO Y LLENO DE TERNURA EL QUE FLORECÍA DESPUÉS DE LOS ORGASMOS.

QUIÉN LO HUBIERA PENSADO, QUIÉN SE HUBIERA IMAGINADO QUE UNA PASIÓN DESENFRENADA NACERÍA DEL CRUCE DE SUS MIRADAS FURTIVAS. COMO EN UN JUEGO DE ÑIÑOS SE CONOCIERON PARA ACOPLARSE EN TODOS LOS SENTIDOS, PARA SACIAR LA SED QUE EMANABA DE SUS INQUIETOS CUERPOS.
TUVIERON QUE APRENDER A CALMAR SUS INSTINTOS CUANDO PODÍAN SER OBJETO DE LAS CRÍTICAS Y EL MORBO INQUISITIVO DE QUIENES LOS VEÍAN DISIMULAR SUS DESEOS REPRIMIDOS. ELLA QUERÍA SER LA ÚNICA QUE COMIERA DE SUS MANOS, LA DUEÑA ABSOLUTA DE SUS PENSAMIENTOS PORNOGRÁFICOS, Y DE SU NECESIDAD DE AMAR A OTRO CUERPO SIN IMPORTAR EL SITIO O LAS CIRCUNSTANCIAS.
EN EL TRASCURRIR DE LOS ENCUENTROS COMPARTIDOS, EL AMOR DABA PASO AL DESEO CARNAL QUE SIEMPRE DEBÍA SER RESUCITADO EN LA COMPLICIDAD DE LOS ENTERNECIDOS BESOS.

04 enero, 2007

TE ASEDIO EN MIS RECUERDOS

Cada día, todos los días. Así es de pesada tu ausencia. Las noches son más largas si no escucho tu voz. Ojalá pudieras entrar en alguno de mis sueños y cambiar el mundo de lo imposible en algo valedero, en algo verdaderamente sustancial.

Con los labios secos, te siento al pie de mi cama, pero sólo es una presencia fantasmal, una risa sosegada, lo que me devuelve el eco de mis palpitaciones. Doy un trago más a mi bebida, eclipsándose el día y desvaneciéndose las nubes por el ancho horizonte que muestra la tarde.

Se elevan sombras negras que van surcando el cielo cada vez más crispado de estrellas y de su manto cubierto de polvo lunar.

Al pie de un escritorio, hago el recuento pormenorizado, desde las nebulosas fronteras de lo virtual, para saber cómo fue, para admitir los pros y los contras de esta medianía, con el pavor de no tocarte ni en la memoria a corto plazo, de no abrazar nada al despertar a la realidad.


Los días se van sin hablar, el tiempo no se detiene en nuestras latitudes, y sólo recobran sentido los momentos en que nuestros pensamientos se reúnen, para disolver la distancia aunque sepamos que no hay nada peor que el amor de lejos sea de verdad.

Sin percatarnos, damos rienda suelta a la consigna de aquella famosa frase que reza: ojos que no ven, corazón que no siente. Pese a todo, nos empeñamos en buscar otro lema, inventando excusas que sirvan para guarecernos en el territorio de los quereres, para adoptarnos por fin ante la ufana indiferencia.


Con el alma lejos, distraído, con la mirada perpleja, te asedio en mis recuerdos, busco arrinconarte, reducir tu espacio de huída, pero sólo consigo descomponer tu quietud, en espera de que pueda saltar hasta mí tu presencia.
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