30 noviembre, 2007

CANTA EL MILAGRO EL AMOR


¡Tú, que sueñas y te hallas en el contradictorio mundo del arco iris y la oscuridad, del sosiego y la convulsión, de la paz y la inestabilidad, debes saber que existe alguien más que habita en tu mundo y que nuestra existencia es tan breve que no hay tiempo que perder!, ¿qué importan las horas?, ¡no mires el reloj!

Cuando tus secretos no quepan más dentro de ti, amenazando destrozar los muelles de tu alma, recuerda que puede existir alguien preparado para guardarlos con el afecto y la dignidad que tú esperas. Cuando tu corazón se ilumine con la radiante fuerza de la puesta del sol, recuerda que alguien amaneció contigo.

Cuando el insomnio te haga dar vueltas en la cama, recuerda que alguien puede sembrar sueños de concordia en tu imaginación. Cuando la soledad te oprima y tu grito no encuentre ningún eco, recuerda que allá, del otro lado de donde te encuentres, alguien podría amar tu compañía y entender por completo tu clamor.

Cuando tu corazón esté bordado de anhelos dorados, tejidos con hilos de fosforescencia lunar, recuerda que una persona iluminó tu universo interior. Por eso, en las horas más gratas, compártele tus alegrías y en las horas de soledad, levántate y búscala dondequiera que pueda estar.

Cuando el fuego de la pasión queme tu corazón, consumiendo todas tus fibras en el sacrificio del placer, recuerda que un día alguien prendió esa llama. Cuando en tu corazón resida el azul del cielo, la calidez del sol, el trino de los pájaros, la fragancia de las flores, la serenidad de los lagos y la sonrisa de la felicidad, recuerda que alguien ha hechizado tu corazón con el portento del amor.

Cuando la noche te encuentre con el corazón quebrantado y angustiado por las amarguras cotidianas, recuerda que hay alguien esperándote para darte aliento. Cuando en tu corazón se abra, llena de vida, la ternura perfumada del amor, recuerda que un día alguien la cultivó dentro de ti.

Tú que amas, si tienes el valor y la candidez de hacerlo así, abre tus labios y canta el milagro del amor, porque sólo él aproxima a las personas y provoca que hablen el mismo lenguaje sin importar sus orígenes, edades, creencias o religión.

09 noviembre, 2007

AMOROSA REFLEXIÓN


Si estás enamorado(a) de una persona que no está enamorada de ti, ya no te lo reproches. No hay nada de malo contigo, sino que el amor no eligió reposar más en el corazón de esa otra persona.

Si descubres a alguien que está enamorado(a) de ti y tú no lo(a) amas, siéntete agradecido(a) de que el amor halla llegado a tocar su puerta, pero amablemente rechaza ese obsequio que no puedes corresponder.

Si llegas a enamorarte de alguien y se enamora de ti también, pero luego el amor elige marcharse, no quieras reclamarlo o hacerle sentir culpable; mejor déjalo partir y recuerda que tu no eliges al amor, pues quien te escoge a ti es justamente él.

En el fondo, hay una verdadera razón y un significado que tú sabrás a su debido tiempo. Todo lo que puedes hacer en realidad es aceptarlo cuando entre a tu vida y sentir como te va llenando hasta colmarte de felicidad. Entonces, lo mejor será imaginar la forma de compartir semejante dicha.

Dáselo a la persona que lo hizo brotar en tu existencia. Proporciónalo a otros que sean pobres de espíritu y regálalo alrededor del mundo en todas las formas que estén a tu alcance aunque sea siempre un misterio su proceder.

Mucho(a)s enamorados cometen la equivocación de entender al amor solamente como una necesidad. Son quienes ven sus corazones como un territorio vacío que requiere ser llenado con el amor, por lo que comienzan a considerarlo como si fuera un sentimiento que fluye para ello(a)s en lugar de fluir desde ello(a)s mismos.

Acuérdate de mantenerlo en tu corazón porque tiene su propio tiempo, sus propios periodos y sus razones para ir y venir. Tú no lo puedes comprar, obligar o acorralar para que se quede a tu lado. Meramente puedes abrazarlo cuando llega y repartirlo con los otro(a)s cuando él venga hasta ti, pero si prefiere dejar tu corazón o el de la persona a quien amas, no hay nada que puedas hacer, ni nada más que debas intentar.

Alégrate de que te haya tocado en algún instante. Si mantienes tu corazón abierto, seguro vendrá otra vez a tu vida. La desazón que origina creer que nos ha abandonado es una oportunidad insuperable de empezar nuevamente para darle cabida de una manera más inteligente y menos ingenua.
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