18 enero, 2010

¿CREES QUE SEA UNA LOCURA?





Quisiera poder convencerte de soñar lo mismo conmigo, de incitarte a creer que vivir en el mundo no significa estar encerrados entre cuatro paredes, ni pasar las horas enjaulados en nuestras casas, apartándonos unos de otros; me gustaría probarte que nuestra solitaria existencia puede cambiar de pronto, pero tenemos tanto pavor a que se burlen de nuestras cursilerías, que no demostramos nuestro sentir y lo que en verdad somos.

De repente me asalta un pensamiento y me pregunto: ¿y yo? tampoco sé bien a bien para qué escribo; tal vez para calmar mis penas y dejar de sentirme tan triste e incompleto, pero ¿qué necesito yo y qué deseo?, por qué siento que también vivo de ilusiones perdidas?... de algún modo, soy miserable al darme cuenta que tampoco tengo quien escuche mis lamentaciones, que al igual que mucha gente allá afuera, soy sólo un alma quebrantada dentro de un débil cuerpo, mientras me descubro sollozando y preguntando a qué sitio pertenezco.

No quisiera volver a sentir ese cúmulo de soledad que me asfixia en medio de esta ciudad tan vacía y llena de individuos acorralados por la neurosis cotidiana, que envenena los sentimientos hasta volverlos siniestros. Así que dejémonos desnudar el alma; atrevámonos a amar y ser amados; hagamos a un lado la cobardía de soñar porque todos necesitamos ser amados y aceptados. 

Debemos dejar de escondernos en nuestro caparazón, del que por comodidad y temor preferimos no salir; es mejor erradicar el miedo a vivir y animarnos a conocer gente nueva, abriéndonos al mundo para dejar de sentirnos rechazados y por fin, atrevernos a ser distintos.

Hoy solo sé que no quiero sentir más miedo, aunque no te conozca y me quede solo en este diálogo de incertidumbres, donde permaneceré gritando tu nombre en el más largo silencio, para que vuelvas y te cuente cuánto me haces falta por las noches y cuánto miedo pugna por surgir desde adentro al andar a solas con mi soledad. 

Justo como ahora mismo, que me gustaría pronunciar tu nombre y que aparecieras junto a mí, sin tener que llamarte a gritos para que tu alma envuelta en gentilezas escuche a la mía y la acompañe cuando más lo necesito.

Tal vez sólo te idealizo, pero aunque a lo mejor nunca te pueda tener mi boca, ni te puedan acariciar mis manos, mi alma se abre para recibirte por entero. No sé si eres un parte de un sueño inesperado, sólo sé que quiero tenerte a mi alcance como nunca. ¿Dime, tú crees que sea una locura?


Related Posts with Thumbnails