27 septiembre, 2006

SERÁS UN TATUAJE EN MI MENTE


Tras pensar un poco cómo fue que te conocí, me doy cuenta que la vida tiene un sinfín de sorpresas insospechadas. ¿Quién lo hubiera pensado, cuando me atreví a copiar sin remordimientos la dirección de tu correo electrónico, que más tarde podría conversar precisamente contigo?

Ni siquiera recuerdo de qué asunto trataba el mensaje que llegó a mi buzón, y del remitente, mucho menos, pero me bastó darle un vistazo para adivinarte entre la lista de destinatarios. Siempre he dicho que los grandes encuentros suceden gracias al azar.

Siguiendo su lógica difusa, donde todo puede ser posible si se reúnen los elementos necesarios, me tomé la libertad de retarlo, de invocar su despliegue de asombrosas coincidencias. Imagínate, con tantos millones de posibilidades, con tantos usurarios en el mundo navegando por la red, descubrirte a ti ha sido una verdadera casualidad.

Al principio, lo único que supuse es que me rechazarías de inmediato. Hay tanta gente dañina husmeando en Internet, que ante la incertidumbre hubiera sido obvio que me confundieras con algún hacker, de esos que logran burlar los sistemas más sólidos de seguridad, y que me bloquearas con un simple clic sin mayor explicación.

Por tanto, me pareció una suerte también que confundieras mi nombre y apellido. Sin embargo, nunca hubiera sabido que existías si no hubiera empleado un método tan peculiar, no me hubiera enterado que eras de un país que no es México, y ni siquiera me hubieras platicado que te gustaría viajar a España tanto como a mí.

Cuando supe que eras peruana, nació en mis adentros una curiosidad por saber más detalles de tu vida, de tus gustos, de tus fobias y de tus preocupaciones cotidianas. Paulatinamente me acostumbré a llenarme de preguntas por las mañanas, a cultivar una admiración secreta por todo lo que tenía que ver contigo. Por las tardes encendía mi ordenador con la esperanza de verte en línea, de cruzar unas palabras que rompieran el hielo y nos ayudaran a sentirnos en confianza.

Así, nuestras conversaciones se fueron tejiendo con una naturalidad inusitada. Entre iconos y guiños virtuales les fuimos dando forma, con las ventajas de mantener un diálogo sincero, a pesar de no llevarlo a cabo frente a frente. Luego, sin subestimar las maravillas de la tecnología, pude ver tu rostro sereno, tu figura inquietante, tu cabello cayendo sobre tus tímidos hombros y esa sonrisa tuya dibujada en el contorno de tus labios. Te sentí tan cerca, que se borraron todas las dudas y confirmé la grata impresión que tenían tus encantos sobre mí.

Te pedí que fuéramos algo más, consciente de que mi propuesta se oía como la petición más descabellada, y aceptaste con la promesa de improvisar por un camino inédito, totalmente inexplorado. Esa noche llegaste hasta mis sueños para cambiar su rumbo normal, para darle un giro completo al mundo de lo imposible, para colarte entre las nubes de mi pensamiento en reposo y adueñarte de mis emociones contenidas. Te aprecié con los ojos cerrados y me pareciste aún más bella, vestida con las sedas del pudor, hablando en voz baja, acomedida en todo momento, sin abandonar nuestra habitación imaginaria.

Ahora quisiera seguir soñando contigo, pero despierto, en el territorio de lo tangible, de lo palpable, de lo real. Sueño con la posibilidad de tenerte aquí a mi lado, en este caprichoso presente, en la dimensión alcanzable de saberte todos los días, pero juntos, con la certeza de que serás la huella más lúcida en el laberinto de mis quereres. En la travesura permanente de sentir el pensamiento y pensar el sentimiento, te escribo convencido de que serás un tatuaje en mi mente, un recuerdo imborrable en la memoria, a pesar de los pesares.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes que me encanta lo que escribes BB, es un honor saber que esto lo escribiste para mi, TE AMO ya sabes de que manera...

Anónimo dijo...

Sabes, ya trascurrido un tiempo desde que nos conocimos de esta manera tan particular, cada vez estoy más convencida de que esta maravillosa jugada del destino, que nos hizo encontrarnos entre millones de posibilidades en la red, es lo más lindo que me paso en la vida, eres una persona maravillosa, te admiro, y te amo aún mucho más.

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