Las ilusiones que tejen mis mensajes están cobijadas por la añoranza. Lo sabes bien, pero te lo digo para que nunca olvides las razones de mis actos y las motivaciones de lo que te escribo.
Todos los días amanezco con tu nombre en el pensamiento y recuerdo que necesito tus ojos mudos pero no ciegos, observadores escépticos, videntes en la transformación de las emociones abrigadas de tiempo a destiempo. Por eso, tu ausencia tal vez sea sólo la luz que alimenta nuestras alas y tu silencio sea la prisión y la libertad en la que me mantengo viviendo.
Es el silencio el detonador de un ritmo interno el que me acerca al anhelo de reconstruir paraísos extraviados. Yo sólo quiero estar presente donde esté tu cuerpo para entregarle mi alma y habitar en tus pasiones, sin importar los obstáculos.
Pero tú no olvides abrir los ojos, y volar de regreso para volver a verme, sin temores ni quejas. Quizás pienses que soy un espejismo surgido de tus sueños, pero soy tan real como la conjunción de los planetas, mientras a tu piel le queden las huellas del amor que tuvimos, respirando en el espacio de las revelaciones.
Yo todos los días amanezco con tu nombre cabalgando sobre mis recuerdos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario